martes, 13 de diciembre de 2011

Vampiros y Medicina Forense

Tras un tiempo de estar sepultados, como parte del natural proceso de putrefacción y fermentación. dadas las condiciones de temperatura, humedad y nutrientes adecuadas, en especial en los pulmones y en sistema digestivo de algunos cuerpos se desarrollan una gran cantidad de bacterias y esporas productoras de gases que se acumulan en los tejidos.
Comúnmente, cuando se creía que un difunto se había convertido en vampiro, días después de su funeral se desenterraba el cadáver para corroborar la sospecha. Si se intentaba manipular el cuerpo exhumado y clavar una estaca en su pecho, por la presión ejercida sobre los pulmones podía producirse la exhalación de una especie de "suspiro" o grito, que sería en realidad un escape de los gases de putrefacción, haciendo pensar a los exhumadores que el cadáver era en efecto un vampiro activo y que la estaca había dado fin a su existencia.
Esta labor de exhumación, en la cual participaban sacerdotes, autoridades de las aldeas e incluso los familiares del difunto, era temida ya que muchos sufrían trastornos serios por la inhalación de estos gases producto de la fermentación o descomposición orgánica y cargados de bacterias y que brotaba del cadáver al ser manipulado.
 


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Henry Fitzroy


El personaje real, hijo bastardo de Enrique VIII y conde de Nottingham y duque de Richmond y Somerset, murió a los 17 años, posiblemente de tuberculosis. Aunque su muerte no está esclarecida ni hay referencias históricas a actividades criminales o vampirismo, inspiró a la escritora Tanya Huff un personaje del mismo nombre, un vampiro "bueno" novelista y detective, que protagoniza La saga de la sangre (Blood Ties), convertida en serie de televisión.




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